16 de enero de 2013

LA FORMA SONATA

Uno de los aspectos que tratamos en las colectivas, en la parte de análisis, es el de las formas musicales. Casi todos los que hacéis tercero o cuarto de elemental ya tenéis claro que una forma musical no es otra cosa que un tipo de composición que cuenta con una estructura determinada. Así como en poesía contamos con sonetos, églogas o cuartetos, en música contamos con sinfonías, preludios, óperas, cantatas, todas con un formato determinado.
Muchos de vosotros tocáis ya sonatas o sonatinas y es importante conocer que el modelo que conforma la sonata es uno de los más importantes en toda la historia de la Música, ya que se usa igualmente en la sinfonía y en el concierto. (Veremos que la sonata puede tener aún algún movimiento más, o incluso consistir en un movimiento muy largo protagonizado por varios episodios).

Durante el Barroco componían  trio-sonatas, para dos instrumentos melódicos con bajo continuo y  sonatas-suite barrocas, normalmente para instrumento solista con acompañamiento de clave, que consistía en un conjunto de danzas: Preludio, alemanda, sarabande y giga.

Más adelante, en el Clasicismo, siglo XVIII,  existen dos tipos principales de sonata para piano:        
  • la bitemática, es decir, que usa dos temas, normalmente en un solo movimiento, como las escritas por Scarlatti y el Padre Soler,
  • y la sonata clásica, que consta normalmente de tres movimientos y la que va a ocupar la mayor parte de este artículo.


El esquema de la sonata clásica consta de un tiempo vivo inicial, un segundo movimiento lento y un final vivo.

El primer movimiento puede empezar o no con una introducción, al que sigue la exposición, que consta de dos temas contrastantes. Por ejemplo, si uno es lírico, el otro suele ser rítmico.
Entre uno y otro tema, suele aparecer un episodio denominado puente que los enlaza.
Una vez terminada la exposición, aparece el desarrollo, la parte más complicada del movimiento musical y técnicamente hablando, en la que aparecen motivos del primer y el segundo tema pasando por varias tonalidades.
Después del desarrollo se produce la reexposición, es decir, volvemos a los temas de la exposición, por lo general de una manera más resumida.
Y, por último, después de la reexposición tenemos la coda, que es el trozo que el compositor usa para concluir el movimiento.




El segundo movimiento o tiempo lento, es el que más esquemas permite, pero los principales serían el tipo sonata y el tipo lied ternario. El tipo sonata es el que acabamos de describir, es decir, el movimiento sería similar en estructura al primer movimiento, solo que en tiempo lento.
                El Tipo lied ternario con forma A - B - A consta de dos secciones: la primera (A), una exposición del tema principal, con estructura de uno, dos o tres elementos. 
                    La segunda sección (B), con elementos derivados de la primera.
                    La tercera sección (A) es la reexposición de la primera.
                Si os fijáis, el tipo lied ternario es parecido al movimiento vivo inicial, simplemente     un poco menos desarrollado.


El tercer movimiento puede ser de tipo movimiento vivo inicial, un tema con variaciones o bien un rondó. 
                  El rondó es una forma musical que viene del Renacimiento y consiste en un tema principal o estribillo que va alternando con estrofas. Su estructura es muy similar a las canciones pop o rock que conocemos de sobra.


A estos tres movimientos se puede unir uno más que iría entre el movimiento lento y el final, llamado Minuet, proveniente de la forma suite y que Beethoven denominaría Scherzo.
                  El minuet es también una forma tripartita (A-B-A), una danza de compás  ternario que consta de dos secciones: el minuet propiamente dicho o tema principal y el trio, muy contrastante, normalmente con una carácter más tranquilo que la primera sección y en muchas ocasiones en modo menor. Finalmente, se vuelve al minuet inicial.


Básicamente, esto es lo que nos interesa saber de la forma sonata, pero también es importante tener en cuenta que en el Romanticismo aparece una sonata con una estructura mucho más libre, casi a modo de improvisación, con una cantidad indeterminada de episodios. El mayor representante de los compositores de este tipo de Sonata es Franz Liszt.

Conocer la estructura de una sonata es importantísimo a la hora de interpretar, porque nos ayuda a exponer todos los elementos y darles sentido. Es como si estuviéramos representando una obra de teatro con todos sus personajes y sus tramas, o como si enunciáramos un tema de Conocimiento del Medio con su esquema, sus partes y contenidos. Además, nos ayuda a memorizar y a comprender el sentido de lo que tocamos. Siempre que podáis,  debéis analizar, con ayuda de vuestro profesor, todas las sonatas que interpretéis.

Ejemplo del análisis del 1º Movtº de la Sonata Kv.545 en Do M de W. A. Mozart

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el trabajo y la explicación.
    Me permito sugerir añadir una pequeña nota diciendo que estas características generales (como se ve en el ejemplo) son un marco dentro del que las obras reales se mueven, y que determinados aspectos pueden variar en cada caso concreto.

    Querría comentar algo que siempre me ha chocado de las explicaciones que se dan tradicionalmente del esquema tradicional, y que se ve aquí tanto en la explicacion como en el ejemplo. Y es la omisión de las repeticiones, al menos de la Exposición, que yo creo que son esenciales para entender. La grabación parece tener algunos cortes para omitar estas repeticiones? Al menos esa es la impresión que da.

    Yo creo que al menos la repetición de la primera sección no debería omitirse. Lo digo porque, desde las clases de Análisis de Superior, sé muy bien la grandísima importancia que tienen estas primeras nociones en Elemental y Medio, porque hacen que los alumnos creen unos conceptos que a veces resulta muy difícil de "remover" cuando llega el momento de enfrentarse a contextos más especializados.

    Me llama la atención la grandísima cantidad de alumnos que llegan a mi clase con la costumbre interiorizada de despreciar los signos de repetición hasta el punto de que a veces sólo los ven cuando se los dices.

    Creo que la necesaria simplificación de conceptos en el nivel al que va destinada esta explicación no está reñida con observar las repeticiones que no sólo están en la partitura, sino que refuerzan muchísimo la capacidad del oyente para seguir la forma.

    Todo esto sin ánimo de molestar, sino de aportar un granito de arena a un trabajo loable.

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  2. Estimado Daniel: nos gusta mucho que nos hayas escrito y hecho tu aportación con esta aclaración. Desde luego, nuestra intención no es obviar la importancia de las repeticiones, que en el período clásico son una parte indisoluble de la estructura, tanto de la forma sonata como de todas las demás de este período. Coincidimos plenamente contigo en que muchos estudiantes ignoran estas repeticiones de una manera automática, en un afán de acabar antes las cosas, o muchas veces sin ni siquiera fijarse en el signo de repetición. Nuestra pretensión era hacer un esquema de análisis lo más simple y entendible posible para un alumno que comienza a analizar en un nivel básico. De hecho tenemos previsto publicar una entrada dedicada exclusivamente al tema de las repeticiones en el discurso musical pianístico.
    Agradecemos tu visita y tus recomendaciones y nos encantará leer y publicar todos los comentarios que nos envíes. Un saludo cordial.

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