MANUAL BÁSICO para todo ALUMNO DE PIANO

CONSIDERACIONES PREVIAS

Desentrañar el contenido de una partitura no es un hecho que carezca de importancia; por el contrario, asistimos a un momento mágico del que somos privilegiados protagonistas.

Si se trata de una partitura del pasado, nos instalamos en una nave que viaja por el tiempo hacia atrás; nosotros, con nuestros dedos, vamos recreando, dando vida a aquello que alguien con su sensibilidad, su concepción del mundo, sus alegrías, dolores e inquietudes creó en su día.

Esta conciencia de convivencia entre el pasado y el presente no debe desaparecer nunca. No debemos olvidar que somos el producto de los afanes de nuestros antepasados y  que podemos acceder a ellos a través del arte que nos legaron.

En cuanto a la música de nuestro tiempo, qué decir de la actitud que se supone debemos tener ante ella. Es la expresión de parte de cada uno de nosotros; lo mejor de la música de ahora es nuestro patrimonio personal y ese será el legado que dejaremos a las generaciones futuras, a través del cual también nos relacionamos con ellas.

El arte, en general, es una invitación permanente a asomarnos al mundo del otro y saber que sin el otro nada somos. Es importante no olvidar esto en un tiempo en que se nos hace creer que cada uno de nosotros, aisladamente, podemos todo. Eso es una vana ilusión.


Cada uno de nosotros, sí, tiene un gran valor por sí mismo, y la manera de crecer personalmente es aunando esfuerzos con los semejantes y manteniendo una actitud de respeto y admiración hacia todo lo que le rodea.








INTRODUCCIÓN

Estas líneas están dedicadas a todos nuestros alumnos y todas aquellas personas que quieran introducirse en el universo de la música. Pretende ser un “manual básico para pianistas”, y será tan elemental que quiere ser un punto de partida ineludible para todo aquel que quiera sumergirse en el mundo del piano.

Hay que aclarar que trataremos exclusivamente de cierta música, la que se denomina clásica, denominándola así a falta de otro calificativo que nos satisfaga más.

Esto no deja de ser una invitación a profundizar en todos aquellos campos que un pianista debe conocer y, sobre todo, una invitación a escuchar la música de la que trataremos, puesto que no es posible interpretar bien si previamente uno no se deja impregnar de aquello que quiere interpretar.

Constará de varios capítulos:
1.- Breve historia del piano.
2.- Breves apuntes sobre distintos estilos y sus formas más características.
3.- Autores más representativos desde el siglo XVIII hasta el XX, sólo aquellos autores  que, generalmente, más hayan manejado los alumnos. (Mencionándose obras para piano solo)









1.- BREVE HISTORIA DEL PIANO

El instrumento que hoy conocemos como piano es un instrumento relativamente joven: dos siglos largos de vida. Y -sin descartar que siga evolucionando- el resultado de un largo proceso que comenzó con la necesidad de construir un instrumento que fuera capaz de regular manualmente la intensidad, es decir, que fuera capaz de hacer piano y forte.

Y es que la música escrita por Johann Sebastian Bach en la 1ª mitad del siglo XVIII estaba escrita para el clave o clavicémbalo, que es un instrumento de cuerdas pinzadas en el que no se puede graduar con los dedos la intensidad del sonido.


Clavicordio
Antes del piano, ya se consiguió inventar un instrumento que regulaba la intensidad: el clavicordio. Pero su sonido era tan débil que no satisfacía las expectativas de los compositores. Al final, aparece, después de muchas tentativas, el pianoforte (capaz de hacer sonidos suaves y fuertes), un instrumento de cuerdas percutidas. Con el tiempo, la palabra perdió el forte y se quedó sólo en piano. Su nacimiento data de la 2ª mitad del siglo XVIII (no precisamos el año porque, como se menciona más arriba, hubo numerosas tentativas).
Pianoforte de B. Cristofori

Entre 1760 y 1800, es frecuente encontrar, en el encabezamiento de las partituras, la expresión: “per clavicémbalo o pianoforte”, con lo que tenemos que entender que dicha música podía ser interpretada con cualquiera de los dos instrumentos.

Con el tiempo, el piano ganó la partida y se convirtió en el destinatario exclusivo de la música de tecla (excluimos el órgano, siempre que hablamos de instrumentos de tecla).

Durante el XIX, el piano fue evolucionando constantemente. Se le fueron añadiendo cada vez más octavas, hasta llegar a las 7 octavas y media actuales, y se fue experimentando con distintas modalidades de pedal, hasta llegar a los tres pedales actuales. Este proceso dio como resultado el instrumento que hoy conocemos, capaz de alardear de su enorme potencia y su refinada delicadeza.

Piano de F. Chopin
No se puede olvidar que la literatura pianística estuvo condicionada, permanentemente, por el tipo de piano que el compositor tenía en mente y entre las manos.

Así, en el Romanticismo, asistimos a un despliegue de la música a lo largo de todo el teclado, que antes hubiera sido imposible.


Por otra parte, la interpretación de la música del Clasicismo nos plantea retos a la hora de interpretar, ya que los pianos de hoy tienen unos bajos mucho más potentes que en los tiempos en que Mozart y Beethoven escribieron. Éstos son ejemplos de un montón de problemas que podríamos mencionar.







2.- BREVES APUNTES DE LOS DISTINTOS ESTILOS  Y SUS FORMAS MÁS CARACTERÍSTICAS

Para entender este apartado sería muy conveniente remitirse a lo que sabemos tanto de la historia como del arte de las épocas que tratamos, ya que ningún creador vive al margen de su tiempo.

Antes de empezar, hay que considerar que la música, como todas las artes, es un vehículo de expresión, de expresión de emociones, sentimientos..., y el compositor utiliza un lenguaje, el musical, para expresarse. El lenguaje musical está, en un momento dado, en un punto concreto de su desarrollo, y el compositor suele utilizar lo que tiene a mano para expresarse en ese momento, por ejemplo: Mozart solía escribir sonatas para piano; la forma sonata estaba cristalizando en ese momento y él hacía uso de ella para escribir. Casi siempre, un gran creador pide más y contribuye decisivamente al desarrollo del lenguaje musical, haciendo avanzar la armonía, la forma, el uso de los instrumentos, etc.

Lo que se quiere señalar es que cada compositor es hijo de su tiempo y con referencia a eso hay que entenderlo siempre.

El primer estilo que estudiaremos será el BARROCO de la primera mitad del siglo XVIII. A nadie se le ocurriría pensar que ahí comienza nuestra tradición musical. Por aquellas fechas ya habían transcurrido más de 1.000 años de escritura musical, y no digamos de música, tan antigua como el hombre.

BARROCO

Se caracteriza
por la utilización de un tema o motivo que se desarrolla con repeticiones parciales o totales del mismo, utilizando el CONTRAPUNTO donde las voces son independientes unas de otras, a través, sobre todo, de la imitación entre ellas.
En esta música prima el sentido lineal (contrapuntístico) sobre el vertical (armónico).
El resultado son unas obras donde no hay contrastes marcados, sino desarrollos de lo mismo con frases irregulares y ausencia de una periocidad marcada.

 Para que veáis un ejemplo del contrapunto os mostramos la Invención a dos voces nº 8 Bwv 779 en Fa M de Johann Sebastian Bach interpretado por un magnífico intérprete de este estilo Glenn Gould.





FORMAS MÁS UTILIZADAS EN EL BARROCO: (Mencionaremos algunas de las formas utilizadas por Johann Sebastian Bach)

* Suite:
Es un conjunto de danzas que están en la misma tonalidad. El número de danzas es variable, apareciendo siempre cuatro de ellas: Allemande, Courante, Zarabanda, Giga.

La estructura de cada danza es  bipartita, es decir, se componen de dos partes que se repiten: la primera parte comienza en la Tónica (I) del tono principal y finaliza en la Dominante (V), en el caso de que la tonalidad fuera menor finalizaría en su relativo mayor. En la segunda parte haríamos el camino inverso, es decir, de la Dominante (V) a la Tónica (I), o del relativo mayor a la tonalidad principal (en modo menor). 

Como ejemplo escucharemos la interpretación de Glenn Gould (nuevamente) con la Suite Francesa nº 5 en Sol M Bwv 816, de Johann Sebastian Bach, las danzas que la componen son: Allemande, Courante, Zarabanda, Gavotte, Bourrée, Loure y Giga. Fijaos en la cantidad de adornos que tienen (aspecto característico de la música barroca) y los diferentes ritmos de cada una de ellas.  

 



* Preludios y Fugas:
La fuga es el máximo exponente de una obra contrapuntística (recordemos que el contrapunto consiste en superposiciones de voces que hacen que la música tenga carácter lineal y no vertical).
Las fugas están construidas con arreglo a unos patrones, aunque, si tratáis de analizar las fugas que tocáis, veréis que nunca se ajustan a esos patrones ya que la desbordante imaginación de J. S. Bach no podía someterse a molde alguno. Por eso, siempre que hablamos de formas, hay que entender que los creadores creaban y después los teóricos descifraban las reglas.

Los preludios sirven, digamos, para calentar los dedos. Son una especie de estudios donde se plantean problemáticas concretas, pero siempre de gran nivel musical. 

Como ejemplo, tenemos "El clave bien temperado" de J. S. Bach: es la reunión de 48 preludios y fugas, comprendidos en dos volúmenes, que realizan un paseo por todas las tonalidades. Bach compuso esta obra con el fin de concretar una afinación: el sistema temperado. En los preludios, se propone un motivo rítmico que, en muchos casos, tiene carácter de improvisación. El único nexo de unión entre el preludio y la fuga es la tonalidad.

Como muestra os dejamos con el Preludio y Fuga nº 22 en Sib M Bwv 891 del 2º libro de "El clave bien temperado" de Johann Sebastian Bach, interpretado por Glenn Gould, espero que ya conocido por todos vosotros.






* Invenciones y Pequeños Preludios:
Tanto las invenciones como los pequeños preludios se pueden considerar como estudios. Advertimos que la noción de estudio todavía no había aparecido en estos momentos, porque la problemática técnica del clave distaba mucho de las dificultades que el piano plantearía posteriormente. La noción de "virtuoso" aparecerá después con los concertistas de piano.

Lo que sí tenían los intérpretes de la época era gran capacidad para improvisar y para descifrar cómo estaba articulada la música. Por eso, y por otras razones, las partituras no tenían detalles de ejecución; se suponía que el intérprete sabía lo que tenía que hacer. Hoy hemos perdido el conocimiento de cómo se tocaba en el siglo XVIII, y sólo con arduos estudios musicológicos volvemos a recuperar esa tradición. Al no existir grabaciones en ese momento, tanto la interpretación del siglo XVIII como su sonoridad murió con sus autores para siempre.

Al hilo de esto, viene bien recordar qué es una edición "URTEXT". Una edición Urtext es una edición fiel al texto del autor, sin ningún añadido; si los hay, se hace constar en una nota aparte. Por eso, cuando vemos partituras de Johann Sebastian Bach, con ligaduras de fraseo, etc, hay que saber que él no las puso, que eso es fruto de una revisión posterior, independientemente de que esas ligaduras de fraseo sean muy oportunas.

Nuevamente, Glenn Gould, nos muestra su maestría en esta ocasión en la Invención para dos voces nº 6 BWV 777.


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