Digitar consiste en cifrar los dedos que deben interpretar las notas que aparecen en nuestra partitura. Los pianistas asignamos los números del 1 al 5 para digitar, desde el pulgar al meñique.
Diseñar una buena digitación, lo que llamamos una digitación que funciona, y respetarla SIEMPRE, es básico para llegar a una interpretación segura y correcta y también para conseguir velocidad, para afianzar la memoria, etcétera. Colocar los dedos según nos apetece, sin pensar nada más que en lo que nos viene mejor por comodidad, tener varios dedos diferentes previstos para un determinado pasaje (sobre todo si es difícil), es garantía más que probable de una ejecución deficiente.
Aprender las escalas y su correspondiente digitación es muy útil para saber cómo digitar una gran parte de pasajes, especialmente los de los estudios y las obras del Clasicismo.
Applicatio en Do mayor, BWV 994, del Libro de clavicémbalo para Wilhelm Friedemann Bach. Este es uno de los dos ejemplos que se conservan con la digitación autógrafa de Bach. |
Muchos compositores y músicos famosos le dieron una gran importancia a la digitación, entre ellos Bach, Czerny o Clementi.
Puede que os parezca curioso que las primeras digitaciones para instrumentos de teclado usaban solamente los dedos segundo y tercero, al que después se añadió el cuarto, cruzando constantemente los dedos 3 y 4 y sin utilización de paso de pulgar. La regla en el siglo XVI establecía que se debían atacar las teclas por su borde. Como en los instrumentos antiguos las teclas eran, además, bastante más cortas que las del piano actual, la ejecución excluía los dedos menos largos, es decir, el primero y el quinto. Además, se tocaba con los dedos centrales casi planos.
Se atribuye a Bach la innovación del paso de pulgar, pero fue Czerny quien estableció las primeras normas de la digitación:
- Pulgar como único pivote de la mano.
- Utilizar un dedo por tecla (no repetir dedo en dos teclas seguidas)
- No usar pulgar y meñique en teclas negras.
- Emplear dedos diferentes en notas repetidas.
Ravel y Debussy no escribieron muchas digitaciones en sus obras. En concreto, los estudios de Debussy no contienen ninguna digitación, a excepción del estudio de los ocho dedos, en el que se recomienda no utilizar el pulgar. Ravel, no siendo él mismo un gran pianista, incluyó algunas digitaciones muy acertadas en sus obras.
- Sustituciones mudas de dedos para conseguir un buen legato.
Beethoven considera la digitación como un medio para hacernos ver su intención expresiva. Sin embargo, sus digitaciones originales son, con frecuencia, incómodas, y a menudo los editores las sustituyeron por otras.
En el Romanticismo, Chopin y Liszt borran los límites en el empleo de los cinco dedos y vuelven a usar pulgar y meñique en teclas negras. En 1873 se fija que la digitación de la escala de Do mayor se puede aplicar a todas las demás escalas, lo que constituye la base de la excelente técnica rusa. Vuelve a permitirse el cruzamiento 3-4 y también se admite la repetición de una tecla con el mismo dedo. También aparece el cambio de posición 5-1. Todas estas innovaciones serán utilizadas por Brahms.
Estudio nº 2 Op. 10 de Chopin |
Ravel y Debussy no escribieron muchas digitaciones en sus obras. En concreto, los estudios de Debussy no contienen ninguna digitación, a excepción del estudio de los ocho dedos, en el que se recomienda no utilizar el pulgar. Ravel, no siendo él mismo un gran pianista, incluyó algunas digitaciones muy acertadas en sus obras.
En "Tzigane", obra para violín con el piano (el lutheal, originalmente, o la orquesta) como acompañante, Ravel ha decidido escribir él mismo la digitación. |
En general, debemos respetar las digitaciones originales del compositor, especialmente si este es o fue un buen pianista: Rachmaninov, Prokofiev, Bartók.
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Hola, muy interesante esta entrada. Ánimo y a seguir trabajando así.
ResponderEliminarMª José
muy buena, gracias :)
ResponderEliminarAnes, nos alegra mucho que te haya gustado la entrada y, sobre todo, si te ha servido de ayuda. Tanto para Jesús como para mí es un placer trabajar y poder servir de ayuda a todos los amantes del piano y de la música en general. Vuestros comentarios nos animan a continuar adelante.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminargrasias me sirvio de mucho esta informacion
ResponderEliminarGracias a tí, marcos montas g por seguirnos.
EliminarEi, gracias. Estoy aprendiendo a tocar el piano. No creo que vaya a aprender a leer música, lo veo difícil a los 40, pero sé la escala y reconocer la notas en el piano, así que con una partitura con números de los dedos, he aprendido un Preludio de Bach y es impresionante el resultado. Así que estoy en busca de otra partitura y en esas he dado con tu blog. Me parece interesante esta entrada. Voy a investigar a ver qué más encuentro por aquí :)
ResponderEliminarMuchas gracias, Unknown, por tu interés... no desesperes en tu empeño, para la música nunca hay edad y con 40 años estás absolutamente prerarad@ para poder adentrarte en el mundo de la lectura de partituras, no es nada difícil. Ya nos contarás tus progresos.
EliminarHola, cabe modificar algún número de la nota, tenía un profesor que tachaba algún número de la digitacion en la partitura y ponía otro a lápiz para que nos resultase más cómodo? Esto es correcto?
ResponderEliminarEs totalmente correcto, Fux. En las partituras aparecen digitaciones, bien del compositor, del editor o de otro pianista. Tu profesor, para facilitar el estudio de las obras, eliminaría digitaciones no demasiado apropiadas para tí y colocaría otras en su lugar
EliminarExcelente artículo.
ResponderEliminarDebo entender que dos pianista pueden digitar una misma obra de forma diferente?
Según su forma de tocar o como más cómoda le resulte la interpretación?
Muchas gracias.
Efectivamente, Adrián. Muchas gracias por seguirnos.
Eliminarmuchas gracias por su respuesta
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