El pasado lunes, 16 de enero, falleció en Ámsterdam uno de los músicos más influyentes de los dos últimos siglos.
Nacido en Holanda en 1928, Gustav Leonhardt fue por encima de todo, un instrumentista excepcional, precursor de la revolución interpretativa de la música barroca en los instrumentos de teclado más importantes de esa época: el órgano y el clave.
Nacido en Holanda en 1928, Gustav Leonhardt fue por encima de todo, un instrumentista excepcional, precursor de la revolución interpretativa de la música barroca en los instrumentos de teclado más importantes de esa época: el órgano y el clave.
Viajó por toda Europa tocando instrumentos históricos. En los años setenta realiza grabaciones en pequeñas iglesias alpinas utilizando los órganos de dichas iglesias. Como clavecinista, no ha tenido igual en las últimas décadas.
Su discografía recorre todo el repertorio, desde el gran Johann Sebastian Bach hasta los compositores menos frecuentados estando poco interesado en interpretar compositores posteriores a Mozart, que tocaba a menudo en partituras copiadas o transcritas por él mismo, con una caligrafía asombrosamente parecida a la de Bach.
Leonhardt tocaba con gran libertad: las barras de compás desaparecían bajo sus dedos, el tiempo se balanceaba y bajo su apariencia seria y distante, aparece una gran cantidad de expresividad. Viéndolo y oyéndolo, era imposible sustraerse a la sensación de que, más que hacer música, él mismo era la música.
Leonhardt interpretando a Johann Sebastian Bach en la película
Crónica de Anna Magdalena Bach de Jean Marie Straub – Danielle Huillet.1968
Clavier-Übung. Fragmento
Aria de la Cantata BWV82
Fragmento del 5º Concierto de Brandemburgo
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