4 de mayo de 2018

EL PEDAL: Pedal de Resonancia



Hasta ahora en pianoaula no habíamos tratado uno de los pilares fundamentales de la técnica pianística: el uso del pedal. En los pianos modernos lo habitual es encontrar tres tipos de pedal: el de la derecha o pedal de resonancia, el central o tonal y el de la izquierda o pedal una corda. Cada uno, al ser empleado, cumple su función correspondiente.

Lo que hay que tener muy presente es que el pedal desde el primer momento ha formado parte del instrumento con mecanismos manuales que accionaban los apagadores  por lo que fue utilizado como un recurso más por los compositores y los intérpretes dándole una importancia irrelevante. Fijaos lo que decían sobre el pedal:

          

         “Cuanto más practico, más me convenzo de que el pedal es el alma del piano y de que hay momentos donde el pedal lo es todo” (Anton Rubinstein, 1829-1894).

         “Un buen empleo del pedal constituye la mitad de la interpretación” (Anton Rubinstein, 1829-1894).

         “El uso juicioso del pedal es un estudio de por vida” (Frédéric Chopin, 1810-1849).
         “El pedal, la respiración del alma” (Franz Liszt, 1811-1886).
         “El pedal es el claro de luna que inunda el paisaje” (Ferruccio Busoni, 1866-1924).

       “El pedal goza de mala reputación. Ello se debe a las libertades insensibles que la gente se ha tomado con él. Dejemos, pues, que se tomen libertades significativas” (Ferruccio Busoni, 1866-1924).

         “El pedal permite mantener un canto, revalorizar su seducción” (Marguerite Long, 1874-1966)

         “No utilizar para nada el pedal es la excepción; utilizarlo de manera constante pero razonablemente, es la regla” (Heinrich Neuhaus, 1888-1964).
         “El legato es el pastel y el pedal es la crema que hay en su interior” (Dinu Lipatti, 1917-1950).

         “El pedal es la tercera mano del pianista” (Yvonne Lefébure 1898-1986).

         “No hay que poner el pedal con los pies sino con los oídos” (Theodor Leschetizsky 1830-1915).

         “El pedal de cambios parciales facultará al intérprete para modelar su sonido de la misma manera que un escultor modela su arcilla” (Maurice Dumesnil 1884-1974).



Pedal de resonancia


Puede que os parezca curioso que en la época de Mozart ya existiera el mecanismo del pedal, que entonces era de rodillera, es decir, se accionaba mediante la rodilla empujando hacia arriba por debajo del teclado.



Funcionamiento interno del piano
El mecanismo del pedal provoca, que, al ser accionado, se levanten los apagadores de las cuerdas, lográndose un hermoso efecto de resonancia. El efecto es tanto más agradable cuando estamos sosteniendo un acorde o serie de acordes que sean armónicamente similares, por ejemplo un acorde de do séptima de dominante.


Al proceso de levantar el pedal lo llamamos “limpiar el pedal”. De esta manera los apagadores vuelven a su sitio y podemos accionar el pedal nuevamente para mejorar el sonido de un nuevo acorde.


Estudio práctico sobre los pedales del piano. F. Marshall
El trabajo de escucharse es básico para el buen uso del pedal ya que dependemos no sólo de la sonoridad del instrumento y de la sala sino también de la melodía, la dinámica, los acentos rítmicos y, sobre todo, los cambios armónicos que son los que determinan cuando apagar la sonoridad anterior para comenzar con la nueva y evitar así que se superpongan sonoridades que no son estéticamente o armónicamente “aceptables”.



El pedal pianístico. J. Banowetz
Otro aspecto importante es controlar el movimiento del pie sobre la palanca del pedal. Empezamos colocando el pie derecho sobre la palanca manteniendo el talón siempre en el suelo y la parte superior del pie en contacto continuo con el pedal, así evitamos dar golpes en la palanca que ensuciarían nuestra interpretación. Observamos también el recorrido que tiene la palanca, así que vamos presionando poco a poco hasta el fondo para luego dejar subir muy despacio el pedal, todo este movimiento lo hacemos mientras tocamos un sonido y escuchamos atentamente donde comienza y donde termina la vibración de los armónicos.



El pedal de resonancia: el ALMA del piano. A. Nieto
Hay muchas formas de poner el pedal de resonancia, o pedal derecho, dependiendo de cuánto quieras profundizar en su recorrido o de cuándo quieras presionarlo y elevarlo. Imaginaos, Albert Nieto, pianista que ha escrito el libro “El pedal de resonancia: el Alma del piano” reconoce hasta 13 maneras diferentes. Pero nosotros vamos a explicaros los más utilizados para los alumnos de los primeros cursos.



Curso de pedalización. U. Molsen

La manera más habitual de cambiar el pedal es el llamado pedal sincopado. Puede que estéis aprendiendo a hacer esto en clase o puede que lo hayáis aprendido el curso pasado. No es difícil pero se requiere cierta coordinación de movimientos entre los dedos y el pie derecho. Se trata de presionar el pedal justo después de tocar la nota que queremos pedalizar y levantarlo cuando tocamos la siguiente. Un buen ejercicio puede ser repetir el mismo acorde como si fuera una redonda unas cuantas veces y accionar el pedal cada vez, de la siguiente manera: tocamos el acorde mientras contamos los pulsos en voz alta y accionamos el pedal en el segundo pulso, volvemos a tocar
Rítmica, dinámica y pedal.  Leimer-Gieseking
el acorde y levantamos el pedal para volver a accionarlo inmediatamente en el segundo pulso del siguiente acorde, así sucesivamente, cuando veáis que ya no pensáis en movimiento del pie podéis acelerar el pulso. Este ejercicio también se puede practicar tocando las notas de una escala. Una vez consigamos tocar sincopadamente el pedal podemos probar a cambiarlo con acordes diferentes. Pero, cuidado, siempre tiene que estar vuestro OÍDO muy atento.



Método teórico práctico. E. Granados
Otra manera de utilizar el pedal de resonancia es el llamado pedal de apoyo, más fácil de utilizar porque se toca a la vez que la nota o acorde. Sirve para dar un poco más de énfasis a determinadas notas sin darles la relevancia del pedal sincopado.

Se puede decir que el pedal sincopado nos sirve para hacer resonar armonías y el pedal de apoyo para hacer resonar notas o acordes en concreto, de una manera breve.



Os recomendamos que no presionéis el pedal hasta el fondo para que podáis realizar los cambios de pedal más ágilmente.


El pedal de resonancia se usa más a partir del Romanticismo y sobre todo en el Impresionismo. En el Clasicismo se debe usar con precaución, menos en Haydn, un poco más en Mozart y más libremente en Clementi o Beethoven. Siempre para mantener armonías o dar más sonoridad. En el barroco también tenemos que ser muy cautos a la hora de utilizar el pedal de resonancia, ya que la música barroca estaba pensada para instrumentos de tecla como el clavecín, que no tenían apagadores, y con una resonancia mucho menos amplia que la del piano. En el caso de pasajes arpegiados podemos utilizarlo con más libertad y en el resto de pasajes podemos utilizar sobre todo pedales de apoyo. Esto va sobre todo a gusto del intérprete, pero los más respetuosos con el estilo barroco utilizarán el pedal de resonancia de una manera mucho más discreta que en estilos posteriores.


  Sonata Hob. XVI/50 de F. J. Haydn (Allegro)
Muchos compositores especialmente desde la segunda mitad del s. XIX ya realizan indicaciones de dónde utilizar el pedal, por eso es importante trabajar con ediciones lo más semejantes posibles al original, las llamadas URTEXT (hablaremos en otra ocasión de este tema). Pero, ¿sabéis quién ha sido el primer compositor en hacer una indicación de pedal? Pues F. J. Haydn, por el año 1794 compuso una sonata para piano, concretamente la Sonata Hob. XVI/50 en Do M, en el desarrollo del primer movimiento indica en inglés “open pedal” aunque se supone que no se refería al pedal derecho sino al pedal “una corda” (del que hablaremos en una nueva entrada), dicho pedal en aquella época apareció en los nuevos pianos de Broadwood en Inglaterra, pero no en los instrumentos contemporáneos en el resto de Europa.


Ahora toca coordinar bien los dedos con el pie y empezar a practicar pero... acordaos... EL OÍDO SIEMPRE ALERTA para que el resultado sea el mejor.
Escuchad estos dos ejemplos, muy diferentes, de cómo poner el pedal según la textura de la obra (fijaos no solamente en el movimiento del pie, sino también en el de los apagadores)


Estudio Op.10 nº 1 de F. Chopin interpretado por el pianista ruso Vyacheslav Gryaznov. 




"Allegro Bárbaro" de Béla Bartók interpretado porTymoteusz Śleziak, con tan solo 14 años.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias a tí, David Martínez Fresneda, por seguirnos. Esperamos que la entrada te haya sido de ayuda y de tu agrado.
    Un saludo,
    Patricia Remis

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