13 de marzo de 2012

GRANDES INTÉRPRETES. ARTUR RUBINSTEIN.

Nació en Lodz (Polonia) en 1886 y con 3 años ya tocaba el piano. Durante su juventud según sus propias palabras “…era perezoso. Tenía talento pero en la vida había muchas cosas más importantes que practicar. Cuando tocaba en los países latinos, España, Francia e Italia, me querían por mi temperamento. Pero cuando tocaba en Inglaterra o Estados Unidos creían que como habían pagado tenían derecho a oír todas las notas. En esos días salteaba muchas notas y se sentían estafados…”

En 1926 comienza a grabar discos y en ellos se puede observar una interpretación ardiente, brillante, llena de colorido y más precisa en el aspecto técnico que en sus últimos años. Su mano era natural con palmas amplias, dedos anchos y chatos, un meñique casi tan largo como el dedo medio, con una extensión que abarcaba una !! DUODÉCIMA!!: de Do a Sol. Memorizaba casi al instante y necesitaba practicar muy poco.

Pero a partir de la década del treinta, toma conciencia y no quiere pasar a la historia como un  pianista que “pudo haber sido un gran intérprete”, por lo que se pone a estudiar intensamente. A partir de entonces, a su temperamento se le unía la disciplina, sus interpretaciones eran románticas pero siempre fieles al texto, utilizaba poco rubato y su tempo fluctuaba pocas veces, ofrecía sentimiento sin sentimentalismos, brillo sin virtuosismo absurdo, dramatismo sin ser demasiado emotivo, pero a pesar de esto le gustaba impresionar al público con una entrada espectacular o levantando las manos bien alto para realizar ataques; adoraba tocar en público.

En sus grabaciones incluye toda la obra de Chopin además de piezas de Beethoven, Schumann, Brahms, Liszt, así como las de compositores impresionistas aunque en los conciertos que realizó en 1904 le abuchearan por tocar Debussy. En las décadas siguientes se interesaba por compositores como Prokofiev, Ravel, Stravinsky, Dukas, Villalobos, que en aquellos años no eran demasiado apreciados por el público.

Su interpretación de Chopin se caracterizaba por su suavidad, poesía y ardor huyendo de la artificialidad, las tensiones, la frigidez emocional. Usaba menos fluctuación en el tempo y estaba menos interesado en las voces interiores que los alumnos de Liszt. Por todas estas características era poco admitido por los críticos que le calificaban de intérprete “seco”, en contraste con pianistas como Hofmann o Paderewski que utilizaban más sentimentalismo.


Concierto en Rusia donde interpreta el Estudio Op.25 nº1 de Chopin

Con el paso de los años, Rubinstein fue considerado como uno de los primeros intérpretes “modernos” de la música romántica, tocando este repertorio hasta finales de la década de los setenta. Su carrera duró aproximadamente 83 años, falleció en 1982 en Ginebra, y, a pesar de fallarle la memoria y los dedos, continuaba ofreciendo un Chopin poético y elegante.

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